Los expertos rechazan la mota que exige Algemesí por generar «falsa seguridad»
Los especialistas abogan por integrar el Magro en la ciudad con la implantación de zonas verdes o espacios inundables
«Es negativo porque si el agua no inunda una zona, terminará inundando otra», alertan

El río Magro a su paso por el término municipal de Algemesí, en una imagen de archivo. / Agustí Perales Iborra

Algemesí busca «protegerse» del río Magro tras las trágicas inundaciones del pasado 29 de octubre. El alcalde de la ciudad, José Javier Sanchis, ya ha anunciado durante estos siete meses algunas medidas para salvaguardar a la ciudadanía frente a este tipo de episodios. Entre ellas, el consistorio prevé la construcción de una mota de más de dos metros de altura para preservar la seguridad del casco urbano, y especialmente el barrio del Raval, ante las posible crecidas del río.
Los expertos alertan de que la ejecución de este dique no es la solución adecuada para evitar inundaciones, ya que genera «una falsa sensación de seguridad en la ciudadanía». «La mota es negativa porque aumenta el riesgo, ya que si el agua no inunda por esta zona, terminará inundando por otra», explicó el catedrático de Geografía Física Artemi Cerdà durante la mesa redonda que se celebró en la localidad, bajo el título «Después de la dana. Prevenir inundaciones. Recuperar ríos».
El catedrático advierte que la construcción de estas infraestructuras hidráulicas «aleja» a la ciudadanía del río. Ante esta situación, alerta a la istración local sobre la importancia de «integrar el río en la ciudad». El experto baraja una serie de soluciones para que el Magro forme parte de Algemesí y la población -especialmente los vecinos del Raval por su cercanía al río- no considere el río como «un enemigo».
«La solución en este barrio se tiene que hacer aguas arriba. Por ejemplo, habría que implantar más zonas verdes, dar más espacio al río, crear zonas inundables o disponer de una cubierta vegetal en el Magro para evitar arrastres y mitigar el pico de crecida». Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar, el aforo de Huerto de Mulet en Algemesí -aguas abajo de la confluencia del Magro con el Xúquer- alcanzó el máximo de 1.523 m3/s sobre las 3:35 h de la madrugada. En este sentido, Cerdà señala la necesidad de llevar a cabo algunas acciones para mitigar estos picos, como la recuperación de la vegetación de ribera. De hecho, la fundación Limne ha organizado el próximo 22 de junio el encuentro «Canya a la canya», en el que se incluye la restauración del río a su paso por Algemesí mediante la plantación de especies de ribera.

Un momento de la charla sobre inundaciones en Algemesí. / Levante-EMV
El experto, a su vez, también aboga por educar ambientalmente a la población para que «sepa la zona en la que vive, que es una zona inundable». En este sentido, el economista de la Fundación Nueva Cultura del Agua, sc La-Roca, alertó a las istraciones sobre la necesidad de cumplir con la normativa urbanística, ya que, como ocurre en el Raval, «se ha ignorado y urbanizado en zonas que se pueden anegar». Por ello, reitera -de la misma manera que el catedrático de Geografía- por «recuperar el espacio fluvial y disipar y ralentizar el flujo con zonas inundables o la creación de jardines».
La-Roca también se opone a la construcción de la mota por crear «esa falsa sensación». «No se puede construir una escuela en una zona inundable por tener una mota», alerta. Por el contrario, reitera la importancia de construir tanques de tormenta, que «depure de tóxicos la parte inicial de estos episodios y, por lo tanto, se lleve los sedimentos más dañinos».
El experto del agua recuerda que «la istración local dispone de muchas competencias para adaptar el municipio a los fenómenos climáticos». Para ello, aboga por abordar conjuntamente los distintos fenómenos climáticos extremos, como pueden ser las sequías, las olas de calor o las inundaciones.
Otras istraciones
Los ayuntamientos, según los especialistas, deben mantenerse en o constante con las istraciones supramunicipales, como la Confederación Hidrográfica del Júcar o la Generalitat Valenciana, durante este tipo de episodios para reducir los daños.
Los consistorios, según el experto, no sólo se tienen que relacionar con las instituciones, sino también con la ciudadanía para que se mantenga informada en todo momento sobre la situación. «Hay que fortalecer los sistemas de alerta para que la gente sepa como reaccionar».
Los técnicos hacen un llamamiento a las istraciones coincidiendo con el proceso de reconstrucción que se está llevando a cabo en los municipios afectados por la dana. «En muchos casos, no sólo hay que reponer lo que se ha dañado, sino que hay que reconstruirlo desde otra perspectiva».
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