Corberán conserva una pieza táctica clave

A expensas de oficialidad, la renovación de Dimitri Foulquier es un hecho. Club y futbolista alcanzaron un acuerdo cuando se formalizó la oferta por dos temporadas fijas, colmando las expectativas del jugador. Su continuidad supone la permanencia en el equipo de una de las piezas clave en el engranaje táctico de Carlos Corberán y que tan buen resultado le ha dado al técnico de Cheste en la segunda vuelta del torneo.

A sus 32 años, el lateral de Guadalupe ha dado estos meses probablemente el mejor nivel de su carrera deportiva gracias a su adaptación a un rol concreto en el que se han minimizado sus carencias y potenciado sus virtudes. El entrenador valenciano apostó por un esquema en el que dos carrileros dieran amplitud y generasen el entorno perfecto para que los hombres de talento (André Almeida, Javi Guerra o Diego López) tuviesen más libertad y marcasen diferencias en pasillos interiores.

Para ello, el rol ‘mixto’ entre central diestro y lateral de Foulquier fue clave por la adaptación que le daba al equipo a diferentes contextos, cambiando el esquema de 1-3-5-2 a 1-4-3-3 con una simple basculación. El jugador, que llegó hace cuatro temporadas de la mano de José Bordalás, ha dejado claro su perfil a lo largo de las campañas. Sus fuertes: la disciplina, el posicionamiento táctico, la rocosidad a la hora de defender y sus capacidades atléticas.