Los acusados de la manada de la Vall d’Albaida se escudan en el alcohol y niegan los hechos

Los cuatro acusados por la violación grupal a una menor de catorce años en un paraje de una localidad de la comarca de Vall d’Albaida, que este periódico no revela para preservar el anonimato de la víctima, han negado los hechos ocurridos en la madrugada del 27 de septiembre de 2020, y dos de ellos han asegurado no recordar nada de esa noche escudándose en estar bajo los efectos del alcohol. Así lo han declarado durante la cuarta sesión de la vista oral que se está celebrando en la sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia.

Atendiendo a la petición de la defensa, que solicitaba que los acusados fueran los últimos en declarar, los cuatro acusados testificaban esta mañana tras hacer lo propio la víctima, los guardias civiles y los testigos. Durante su comparecencia, los cuatro se han negado a responder a preguntas que no fueran de sus abogados, una estrategia habitual en los acusados de delitos graves.

"Pensaba que tenía 16 o 17 años"

El primero en hacerlo era S.S.S, para quien el Ministerio Fiscal solicita 24 años de prisión, doce años por cada uno de los delitos que se le imputan, el primero de participar en la agresión sexual múltiple en un paraje natural en la que participaron al menos quince personas y una segunda producida en el domicilio de uno de los acusados. El joven, de 19 años de edad en el momento en el que se produjeron los hechos, la noche del 27 de septiembre de 2020, ha negado conocer a la menor antes de ese día y se ha escudado en el consumo de alcohol y estupefacientes. "Estaba bastante borracho", ha esgrimido. Sobre la víctima, "pensaba que tenía más o menos unos 16 o 17 años", ha declarado. También ha cuestionado que estuviera bajo los efectos del alcohol, tal y como ha quedado probado, porque “caminaba normal” y ha asegurado que ella aceptó a hacer un trío y "no hubo rechazo".

La vista oral continuaba con la declaración de D.B.D., quien se enfrenta cinco años de cárcel por un delito de corrupción de menores. El acusado ha itido que esa noche llevó a la víctima a casa de su abuela, aunque ha negado haberle pedido una felación a cambio de ello. "Yo no le pedí nada, se lo juro por mi hijo", ha remarcado ante la jueza. Por su parte, S.S.N. ha basado su defensa en el estado de embriaguez al que supuestamente estaba sometido y ha negado guardar ningún recuerdo de lo sucedido "porque estaba bastante borracho". De hecho, se ha apoyado en esta versión para reforzar su relato: "No podía tener relaciones sexuales con nadie en ese momento porque iba muy borracho", ha alegado.

El último en comparecer ha sido S.S.N., quien ha declarado que llegó al piso en el que se produjo la violación en manada tras recibir la llamada de uno de los acusados, entre las 5:30 y las 6:00 de la madrugada. "Me dijo que fuera a su casa. No sabía si por algo bueno o por algo malo. Al final fui. Subí. Estaba todo muy oscuro. Veía siluetas y sombras porque no había luz. Llegué, me senté en un sofá. Me senté y me empezó a toquetear y entonces me fui", ha ido respondiendo a preguntas de su abogado. También ha negado conocer antes a la víctima, con quien compartió centro de estudios. “Cuando fui a hacer el grado de FP nosotros teníamos horarios distintos de salir a comer, de salir al patio”.

"Especial vulnerabilidad" de la víctima

Tras un receso de 30 minutos, la vista oral se retomaba con las conclusiones de la Fiscalía, quien las ha elevado a definitivas mientras que la acusación particular ha rebajado la petición de cárcel para dos de ellos, de 24 a 22 años y de 12 a 9 años. Por su parte, las defensas piden la absolución de los cuatro acusados. Durante la lectura de las conclusiones, el Ministerio Fiscal ha desmontado contundentemente los argumentos esgrimidos por los acusados, quienes tuvieron un comportamiento "absolutamente monstruoso, de unos seres absolutamente sin ningún tipo de escrúpulos, sin la menor empatía y con un total desprecio por la víctima", a la que trataron "como un objeto, como un trapo, como un trozo de carne para satisfacer sus apetencias", ha remarcado.

Apoyándose en las declaraciones de la víctima, los testigos y los guardias civiles, así como en los informes periciales que el Medicina Legal de València practicó a la menor, el fiscal ve "totalmente acreditado que el abuso se produjo sin consentimiento de la menor, ya que este "fue manipulado" por la diferencia de edad y por el grado de madurez de la víctima y los acusados. En este sentido, ha remarcado que la joven se encontraba en una situación de "especial vulnerabilidad" de la víctima por su falta "absoluta" de consentimiento, que estuvo viciado por la afectación de las bebidas alcohólicas que había ingerido, por su edad, y por una diferencia "considerable" en el grado de madurez entre la menor y los acusados.

Los acusados "tenían evidente conciencia de la situación"

También ha remarcado que los son imputables porque en el momento de la agresión los acusados tenían "evidente conciencia y conocimiento de la situación" y ve probado que tenían "capacidad de discernir" y un grado de madurez "compatible con su edad", rebatiendo el argumento de los acusados, que esgrimían tener una edad mental de doce años. Además, ha recordado que uno de ellos fue condenado por el Juzgado de Menores número 1 de València a dos años de libertad vigilada por un delito sexual  a menor y otro de omisión del deber de impedir determinados delitos.