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El guardián de la heráldica del Rincón de Ademuz

El historiador Raúl Eslava ha renovado los escudos de Ademuz y Castielfabib para darles mayor rigor histórico

El guardián de la heráldica  del Rincón de Ademuz

El guardián de la heráldica del Rincón de Ademuz

david laguía | ademuz

Allá por las décadas de los 60 y los 70, las autoridades de Ademuz y Castielfabib, las dos villas históricas del Rincón, cayeron en la cuenta de que no tenían un escudo municipal oficial. Y se lanzaron a la fiebre de la heráldica. Así aprobaron dos emblemas que casi medio siglo después han sido sustituidos. ¿Por qué? El historiador Raúl Eslava y el Instituto Cultural de Estudios del Rincón de Ademuz (Icera) comprobaron que dichos escudos no tenían prácticamente nada que ver con la historia de estos dos municipios.

«Sorprende que en aquellas fechas se adoptasen como escudos municipales lo que realmente fueron invenciones, cuando ambas villas contaban desde el periodo medieval con enseñas propias que el tiempo y los avatares históricos se han encargado de borrar de la memoria de los vecinos», explica Eslava. «Es verdad que entonces no había bibliografía ni estudios históricos de la comarca. Seguramente el hombre hizo lo que buenamente pudo», exculpa al artífice de aquellas enseñas.

En 1992 nació Icera, que inició la labor de recuperación documental que ha permitido elaborar dos nuevos escudos para estas villas más coherentes con su historia.

El primero al que se enfrentó, junto a la Asociación Cultural Castielfabib, fue precisamente al de este municipio, que había sido aprobado en 1977. «Disponía de una corona cerrada que no es propia de aquí, un águila por debajo sin sentido, y unos manzanos que antiguamente no eran tan representativos de la zona», explica Eslava. «Ahora hay un castillo de tres torres documentado por una heráldica que aparece en los capiteles de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, se añade un señal real de la Casa de Aragón como villa real que era con representación en Cortes con sus síndicos y una corona real como timbre tradicional en el Reino de Valencia y la Corona de Aragón». Este nuevo escudo fue aprobado en 2014 por el Consejo Técnico de Heráldica de la Generalitat.

La siguiente modificación a la que se enfrentó Eslava fue a la del escudo de Ademuz. En este caso, se enfrentaban a un diseño aprobado en 1971. «Era un escudo cortado y partido, cuartelado en cruz, de tradición castellana. La cruz de gules en campo de plata, de la orden del Temple, cuya presencia aquí no alcanzó un siglo y no es tan relevante, y tenía un castillo de oro», define. El nuevo, recientemente confirmado por el Consejo Técnico de Heráldica, consta ahora también de la señal real de Aragón, «que se encuentra repartida por edificios municipales como la Cámara Vieja del Trigo, la iglesia de San Pedro y San Pablo o el Molino de la Villa». A eso se le añade una corona real tradicional del Reino de Valencia y la Corona de Aragón, y las llaves cruzadas de San Pedro, que representan la frontera entre la Corona de Aragón y Castilla y al patrón de la villa, a quien se le dedicó la primera parroquia (San Pedro Intramuros) tras la conquista de la ciudad por Pedro II en 1210.

«Todo el proceso se llevó de forma impecable en ambos casos, con la colaboración tanto de los alcaldes como de la oposición», añade Eslava. Es más, en Ademuz, incluso se presentaron tres bocetos el año pasado que el alcalde, Ángel Andrés, puso a disposición de los vecinos para que votaran. Incluso estaba el de los años 70 entre las opciones. Pero los vecinos de Ademuz optaron por apoyar el valor de su historia.

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