Un hombre ite que violó y grabó a sus hijas en Gran Canaria y su pareja alega que participó drogada

El hombre acusado de violar a su hija y a su hijastra para producir más de 100 archivos de pornografía infantil entre octubre de 2019 y junio de 2022 en Gran Canaria ha reconocido los hechos durante el juicio celebrado este jueves en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas. Mientras tanto su pareja, acusada por las mismas acciones, ha alegado que participó en los encuentros porque su novio le suministró un "líquido azul" que la dejó aletargada, una versión que no se creen ni los agentes de la policía que analizaron las imágenes ni las médicos forenses que se entrevistaron con ella. 

En consecuencia, el fiscal José Antonio Díez ha rebajado la pena que pedía inicialmente para el acusado B. L. P. al aplicar una atenuante de confesión a 36 años de cárcel por dos delitos continuados de abuso sexual a menor y dos de pornografía infantil, una solicitud a la que también se han adherido las acusaciones particulares ejercidas por las víctimas y por la madre de una de las menores. Esta pena incluye indemnizaciones que ascienden a un total de 300.000 euros. "Quería pedir perdón porque lo que se ha hecho es aberrante", aseguró el agresor, que involucró a la adulta en los abusos.

La que era por aquel entonces su pareja, T. L. M., itió haber participado en los encuentros en múltiples ocasiones con su propia hija y solo una vez con la hija del encausado, un reconocimiento parcial que no ha sido considerado por las acusaciones como una confesión. Por tanto, mantienen su solicitud de pena de 42 años de cárcel, con dos años más por un presunto delito de omisión del deber de socorro que pide el representante legal de una de las menores. Según su versión, se negó en reiteradas ocasiones a participar, pero su novio le amenazaba con que "iba a mover sus hilos" para quitarle la custodia de su hija.

El acusado se presentó en sedes policiales como un perito informático con un trabajo de lucha contra la pedofilia

El caso saltó por dos vías paralelas. Por un lado, el acusado se personó en dependencias policiales y se presentó como un perito informático que había hecho un trabajo de lucha contra la pedofilia y quería aportarlo para colaborar con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Previamente avisado de las repercusiones que podía tener, entregó un pendrive a los agentes del grupo de delitos tecnológicos de la Policía Judicial con imágenes de una conversación de Telegram en la que, con un pago previo, sus s accedían a pornografía infantil.

La mayoría de los participantes eran ciudadanos rusos, pero había dos correos electrónicos españoles, uno de Madrid y otro de perito con las iniciales del informador, los cuales habían pagado para acceder a dicho contenido. En ese momento los agentes ordenaron una entrada y registro en el domicilio del acusado, pero vieron que una mujer ya lo había denunciado por una agresión sexual a su hija, de cuatro años de edad cuando pasaron los hechos. "Esto dio un vuelco a la investigación", explicó el jefe del grupo especializado.

Era "absolutamente consciente"

La hija del encausado reveló lo ocurrido cuando ya tenía ocho años, primero a una amiga de su padre y después a su madre. Al analizar el domicilio de B. L. P. y las imágenes encontradas en sus dispositivos electrónicos se ubicó a otra menor, de cinco años, y a una adulta, con la que se pudo dar gracias al uniforme con el que aparecía en uno de los vídeos. La hija de ella confirmó a su vez los abusos al juez instructor y negó la presencia del supuesto "líquido azul".

Las médicas del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas que se entrevistaron con los padres aseguraron que en el caso del hombre no se encontró "ninguna alteración de sus capacidades" que le impidiera entender lo que estaba sucediendo. En cuanto a la mujer, opinan que era "absolutamente consciente" de lo que estaba sucediendo porque su relato es nítido y sin ningún tipo de amnesia y lo que sí notaron fue una "afectación ficticia" para presentarse "como una especie de víctima".

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