Termina la Conferencia de los Océanos: avances en alta mar, pero sin acuerdos de financiación

La cumbre de la ONU sobre los océanos concluye este viernes en Niza con avances para proteger mejor la alta mar, pero sin promesas claras de financiación, uno de sus principales objetivos.

Tras reunir a unos sesenta líderes de todo el mundo, la reunión sí ha logrado un impulso decisivo para la entrada en vigor del Tratado de los Océanos, que preservará la alta mar frente a la minería en los fondos oceánicos.

Los defensores del medio ambiente y dirigentes de estados insulares han criticado lo que consideran retrocesos en cuanto a las energías fósiles y se muestran decepcionados respecto a la protección efectiva de las áreas marinas.

Un acelerón en alta mar

Celebrada por todos, la ratificación del Tratado de Alta Mar por más de 50 países, formalizada el lunes en Niza, permite esperar una entrada en vigor rápida de este acuerdo internacional destinado a reforzar la protección de las aguas internacionales (más allá de las 200 millas náuticas de la costa, o sea, 370 km). Se requerían 60 países firmantes, pero otros 15 han puesto fecha ya a su rúbrica.

Rebecca Hubbard, de la High Seas Alliance, una agrupación de medio centenar de ONG, celebró este hecho como un "avance increíble". Pero matizó: "Debemos mantener el pie en el acelerador", ya que el tratado sólo entrará en vigor 120 días después de que se deposite la 60ª ratificación.

La cita de Francia no logró alcanzar esa cifra de 60 países firmantes, como deseaba el presidente francés Emmanuel Macron, pero "ha habido una movilización increíble", se alegra Romain Troublé, director de la Fundación Tara Océan.

"Un verdadero acelerón", coincide François Chartier, de Greenpeace. "A priori, el tratado será finalizado antes de fin de año y podremos empezar a trabajar en las primeras áreas marinas protegidas en alta mar, añadió en declaraciones a AFP.

Duras críticas sobre la explotación minera

Desde la inauguración de la cumbre, los líderes del planeta endurecieron el tono frente a la decisión del presidente Donald Trump de iniciar unilateralmente la explotación de los nódulos polimetálicos en aguas internacionales del Pacífico.

"Los fondos marinos no están en venta", declaró Emmanuel Macron, quien tachó la posición de Trump de "locura" y de "acción económica depredadora", mientras el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advertía contra un nuevo "Far West".

Sin embargo, esta retórica firme no permitió ampliar de manera significativa la coalición por una moratoria sobre la explotación minera de los fondos marinos, que ha pasado de estar integrada por 32 países a solo 37, de los 169 estados que son de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), encargada de redactar un código minero.

Áreas (mejor) protegidas

Desde Colombia hasta Samoa, pasando por Portugal, Grecia o Polinesia, países de todo el mundo, también España, anunciaron la creación de nuevas áreas marinas protegidas (AMP), o el fortalecimiento de las existentes, en particular prohibiendo la pesca de arrastre de fondo. De este modo, el mundo podría superar el 10% de AMP al término de la conferencia, frente al 8,34% anterior.

Silencio sobre las energías fósiles

Aunque son la principal causa del calentamiento global, las energías fósiles (gas, petróleo y carbón) no aparecen mencionadas en el proyecto de declaración final de la cumbre.

El texto señala "los efectos nefastos del cambio climático" para el océano y sus ecosistemas, sin abogar expresamente por una "transición" hacia el abandono de las energías fósiles, como sí se hizo en la COP28 de Dubái en 2023.

"Es la principal causa del deterioro de los océanos, y no hablamos lo suficiente de ello, es lamentable", opinó Ralph Regenvanu, ministro de Medio Ambiente del archipiélago volcánico de Vanuatu, en el Pacífico.

La aportación de 100.000 millones de dólares de financiación, como pedía Costa Rica antes de la conferencia de Niza, no se ha materializado finalmente. Se calcula que unos 175.000 millones de dólares (153.000 millones de euros) al año son necesarios para alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible del océano de aquí a 2030, según un informe del Foro Económico Mundial de 2022.