Las danzas de Enguera baten el récord histórico con 146 participantes
La tradición renace con la colaboración de los más jóvenes y de la banda del pueblo
Se proyecta un encuentro de este tipo de bailes para el próximo año

Los festeros de 2024 bailan las danzas en Enguera. / Borja Barberán Rodríguez
Este sábado, víspera de San Miguel Arcángel, 146 personas recorrieron bailando las calles principales de Enguera. Con las 73 parejas de «bailaores» y «bailaoras» que salieron este fin de semana, se ha batido el récord histórico de participación en una tradición que parece ir a más cada año.
«Todo cambió cuando, hace unos años, empezamos a proponer a los festeros y festeras de Enguera que salieran a bailar; desde entonces, cada año ha ido a más», comenta Carlos Carrió, quien, junto a Luz Marina Sarrión, Concha Martínez, María Isabel Bonet y otros paisanos aficionados a las danzas, han animado a la población a participar y han coordinado los ensayos. «Este año, 16 parejas de festeros han participado. Para nosotros, es el fruto de esa constancia», expresa Carrió a Levante-EMV. Hasta ahora, el récord estaba en 63 parejas.
Una de las características distintivas de las danzas de este municipio es que, a diferencia de muchos otros lugares, la música no se interpreta con dolçaina y tabal, sino con la banda al completo. «No hay ni una sola melodía que sea exclusiva de Enguera. Otra particularidad es que todas las melodías están encadenadas, una detrás de otra, lo que hace que los bailarines y los músicos estén una hora y media sin parar y estos últimos tengan que sentarse en la plaza y turnarse para tocar», comenta Toni Guzmán, músico enguerino que lleva años estudiando y recopilando música autóctona de la comarca y el territorio valenciano junto con la Colla Brials, la cual nació hace 24 años en la comarca de l'Horta y desde entonces se dedica a rescatar e interpretar piezas tradicionales. Otras diferencias respecto al resto de pueblos donde se baila son movimientos como el «cuadro» o el orden de las parejas para salir a bailar, según la edad de la mujer.
Las melodías que se escuchan en Enguera suenan también en el resto de la Canal de Navarrés, así como en numerosos pueblos de la Costera y la Vall d'Albaida, incluso en algunos de la provincia de Albacete. «Lo más curioso es que, de la recopilación que Toni Guzmán hizo de la Colla Brials, hay jotas, fandangos, anchas, mazurcas y más que son originarias de la comarca, pero se bailan en todos los bureos de la Comunidad Valenciana, excepto aquí», explica Carrió.
Este baile data del siglo XVII. «Las danzas enguerinas prácticamente se perdieron en los años cuarenta. Se hacían en petit comité, pero no se bailaban tal como se conocen ahora», cuenta el mismo. El «bailaor» relata cómo la Sección Femenina «unificó e impuso una vestimenta única en todo el territorio español, perdiendo la diversidad de trajes característicos de cada lugar». «Crearon trajes oficiales que no tienen absolutamente nada que ver con los trajes tradicionales, por ejemplo, impuso a los hombres la faja roja y el pañuelo en el cuello, cuando este tendría que llevarse en la cabeza para frenar el sudor», explica. No obstante, expone que fue a partir de la Sección Femenina cuando empezó a reunirse gente para bailar y acudir a encuentros, «manteniendo viva la tradición con sus pequeños errores de vestimenta» hasta el día de hoy. «Pero bueno, lo importante es que la gente salga a bailar», concreta.
A lo largo de la historia, las danzas han sufrido numerosos cambios que, en ocasiones, han generado debate: «Cuando una tradición está viva, va evolucionando», expone Guzmán. Algo que ha contribuido a que sigan vivas es que se trata de un baile público, es decir, de participación abierta: cualquier pareja puede unirse a bailar en las calles. Aunque antes se bailaban varias ocasiones al año en varias las calles, actualmente solo se conserva esta tradición en tres de ellas: en San Antonio de Padua, en Los Ángeles y en las fiestas de San Miguel.
No obstante, un grupo de unas once parejas bailan regularmente durante todo el año y acuden a numerosos encuentros por el territorio valenciano. «Durante el curso escolar, Concha Martínez y María Isabel Bonet enseñan estas y otras danzas como 'el fandango de Faraquat', 'la jota del Tío Cerezo' y otras muchas de la comarca», detalla Carrió. «Todo esto es posible gracias al empeño de la Asociación Amigos de Enguera y del grupo de personas que estamos ensayando, y también gracias a apostar por la juventud», comenta.
Las parejas de «bailaores» que coordinan estas actividades están intentando hacer un encuentro de danzas en el municipio para el próximo año. Así lo planean Carrió y sus compañeras: «Sería el primer encuentro de danzas en Enguera. Como las de San Miguel son las más importantes, queremos hacerlo antes de verano».
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